domingo, 2 de diciembre de 2012

La Jenni Rivera y el albañil que llevo dentro.

La población de mujeres en el concierto de Jenni Rivera aquel sábado 24 de noviembre en la “Feria Ganadera” de Culiacán, según la INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), se constituía de un 80% de mujeres, de las cuales el 55% pueden catalogarse como “Socias”, el 39% como la “Gran Señora” y el resto en “Sepa la fregada”, pero según el ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro) el con
cierto fue todo festín de hormonas y siliconas.

Según la SEDESOL (Secretaría de Desarrollo Social) el 95% de las mujeres llegaron como si fueran a un concurso de modelaje, hermosas, brillantes, con poca ropa muy bien puesta, sin embargo la Secretaría de la Salud reportó que al finalizar el concierto, el alcohol mezclado con el sentimiento de dolor de las canciones, transformó a las súper modelos en chupitos, no tan brillantes, con presencia de escurrimiento de rímel y lixiviaciones urinarias, con la misma poca ropa pero ya no tan bien puesta. Según el ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro) el espectáculo de féminas fue tan bueno en la entrada del concierto como en la salida.

Primero mi comadre Jenni honró el papel de la “Socia”, desde el escenario relataba cómo le quitaba la ropa al amante mientras la “Gran Señora” le lavaba la ropa. Minutos más tarde se mudaron los papeles, la Jenni Rivera cantó como la “Gran Señora” y con enjundia colocó a la “Socia” en su lugar, según la CONADE (Comisión Nacional del Deporte) en los pasillo se decidió el combate entre “Socias” y “Grandes Señoras” violándose casi todas las reglas de Tae Kwon Do, Yuyitsu y lucha greco-romana, el ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro) imploraba ante éstos violentos eventos, una alberca de lodo como parte de la utilería en futuros eventos de la tal Jenni.

CONACULTA (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) declaró que el espectáculo fue un éxito y así lo creo, el ALBALLEDE (el albañil que llevo dentro) declaro que nunca se vuelve perder un espectáculo de tal envergadura y agradece a su concuña y comadre de Buchannas, Rosalinda Gaxiola, la invitación a presenciar tal colorido espectáculo donde quizás estuvieron las seis mil mujeres más hermosas y efusivas de México.

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